El 5 de enero, se celebra el día de Negros, como reencuentro con los ancestros y la tierra, simbolizados con el cosmético de color negro. En este día hace entrada la familia Ipial en versión indígena, quienes representan la cultura de los Pastos y a la comunidad ipialeña, recreando a través de diferentes ritmos, disfraces y elementos propios del carnaval: los mitos, leyendas, creencias, costumbres, y tradiciones. Al terminar el desfile se remata en la plaza Veinte de Julio, amenizadas por orquestas y artistas nacionales e internacionales, donde miles de personas bailan, juegan y se embadurnan de color negro.
El 6 de enero, día de Blancos, está relacionado con el simbolismo del aire que aparece a través de la evocación que se hace al lanzar el talco sobre otra persona o hacia el aire para cubrir a un grupo de gentes. El desfile es una muestra de arte efímero desarrollada por artistas locales, que representan en diversidad de motivos alegóricos capitalizados en disfraces, murgas, comparsas y carrozas, que son juzgadas y disfrutadas según su creatividad y originalidad.